Discutimos, y nos pasamos días enfadados . La verdad es que siempre es igual, cada día tenemos un motivo diferente por el que gritarnos, y hacemos una montaña de un granito de arena. Pero luego vienen las reconciliaciones, los besos que me hacen recordar por qué me enamoré de ti.

Si has dado todo de tí, si has hecho tu mejor esfuerzo, si ya no encuentras la salida, siéntate y deja que ocurra. Entonces sí, "let it be”.

Estás sobre aviso, voy a comerte.

Miedo a amar... ¿Qué puede haber más hermoso?

Dejé mi estúpido orgullo a un lado y corrí tras ella. Si la hubiera dejado escapar, no me perdonaría nunca el no volver a ver sus ojitos marrones, los que me dan la vida.

Que sería capaz de respirar por ellas si el aliento les faltara. Que sería capaz de subir ahí arriba, y bajarles las estrellas sólo por ver esa sonrisa que me ilumina los días.

Los besos tan largos, los tragos amargos.

Las risas, los cuentos, los malos momentos.

Los poetas se han pasado siglos buscando la descripción exacta del amor, de la belleza.

Tras muchos años de diferentes explicaciones sobre el concepto, la Real Academia define el amor como “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.”

Perdónenme por discrepar en su rebuscadas definiciones, pero ÉL es la definición más acertada y perfecta sobre lo que ustedes llaman amor.

Que sí, que "el pasado siempre vuelve", que "el tiempo pone a cada uno en su lugar", que "donde hubo retuvo", que siempre será él.

"Que el tiempo no te cambie."

Volví al bar a la noche siguiente, a brindar con su silla vacía. Me pedí una cerveza bien fría y entonces no sé si soñé o era suya la ardiente voz que me iba diciendo al oído: "Me moría de ganas, querido, de verte otra vez".

Ahora que todo
ha quedado en nada
me sobra todo.
O tal vez no.
Creo que no.
Seguro que no.
No me sobran ni los dedos ni la boca ni los versos
ni los ojos ni la polla.
Me sobras tú.
Por eso me pido otra cerveza
y espero ver entrar por esa puerta
a la mujer
que te borre para siempre
esa jodida sonrisa
de las fotos.

Carlos Salem.