9.23.2010

Que nadie puede amarte más que yo.

De vuelta a la rutina, nos vestimos sin hablarnos, la prisa puede más que la pasión. Me pesa cada día, los recuerdos y los ratos como dardos clavan este corazón. Y la melancolía me ataca por la espalda sin piedad... Y de pronto me pongo a pensar. ¿Y si nos quedara poco tiempo, si mañana acaban nuestros días? ¿Y si no te he dicho suficiente que te adoro con la vida?
Nadie sabe en realidad que es lo que tiene hasta que enfrenta el miedo de perderlo para siempre.

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